Mi pensamiento triste y realista de que usar el transporte y el automóvil cada vez es menos rentable, pierdes dinero y tiempo sin recibir casi nada de beneficio.
Así que decidí no darle más vueltas al asunto y optar por dejar mi flojera, darle servicio a mi bicicleta, perder el miedo de los cafres de la ciudad y aventarme.
Los primeros días sufrí y mi corazón no aguantaba mucho sin decirme que ya le parara, no era atleta y mucho menos llevaba una vida fitness, así que tenía que llevármela tranquila si no quería morir entre autos que no respetan y mi condición de 2 años de no hacer nada en cuanto a ejercicio se refiere.
Pasaron unas cuantas semanas y encontré rutas más cortas, árboles, personas felices caminando, mi condición ya no era tan mala, ahorré mínimo $60 por semana, las dos horas diarias de trayecto se convirtieron en 30 min y podía darme el gusto de ver a los autos parados mientras yo pasaba tranquilamente.