Punto número 1. Calidad en el Producto: justo lo que hacen Walter White (Bryan Cranston), también conocido como Heisenberg, y el joven yonki Jesse Pinkman (Aaron Paul) es un producto sin comparación, esto debido al, poco pero visible, transtorno obsesivo compulsivo (TOC) de Walter por hacer las cosas a la perfección. Juntos logran hacer un producto con el 99.1% de pureza.

Punto número 2. Diferenciador en el producto: además del 99.1% de pureza del producto que hacía ese par, algo que distinguía su producto era el color azul de la metanfetamina, esto por no usar la pseudoefedrina. Un color peculiar para el producto. En la serie esto fue producto de la casualidad; sin embargo, es necesario buscar un diferenciador en nuestro producto, marca o servicio, de esta forma, lo que estemos vendiendo, sobresaldrá de la competencia.

Punto número 3. Servicio al clinte y flexibilidad de producto: este es un punto muy importante. En la serie, hay un momento en el que los cocineros de meta tienen que enfrentarse a un problema: la falta de materia prima para la fabricación de su producto (se les terminó la pseudoefedrina y tuvieron que robar un barril de metilamina). Para satisfacer las necesidades de su mercado, tuvieron que adaptarse y sustituir esa materia faltante para no descuidar el servicio y su producto mejoró, de tal forma que este llegó a más gente. Pasando de la ficción a la vida real, un producto, bien o servicio tiene que adaptarse a las necesidades de su mercado, saber qué es lo que quiere, cuándo lo quiere y para qué lo quiere; ajustarse a él y continuar ofreciendo su servicio. Esto me pone a pensar en Starbucks. Esta marca no vende café per se, vende la experiencia de tomar café en un lugar diferente, además de que personaliza tu bebida y te convierte en parte de la marca. La invención del nuevo y fabuloso Unicorn Frappuccino es una forma de adaptarse a otro mercado, del cual hablaremos en otra ocasión.

Punto número 4. Canales de Distribución: en un principio, Walter y Jesse tuvieron problemas para distribuir su producto, pues Walter no conocía el proceso de venta y Jesse contaba con pocos contactos, uno de ellos era Crazy-8 y su primo Emilio. La intención de Walter era llegar a más público pera vender el Sky Blue y hacerse de más dinero para cuando muriera por el Cáncer. Después de los problemas que tuvieron con Emilio y Crazy-8, buscaron a otro distribuidor, Tuco Salamanca. Con él, lograron tener más ganancias, pero también tuvieron más problemas. Ya para no hacer el cuento largo, Walter y Pinkman se asociaron con otro distribuidor, uno que no llamaba la atención pero del que sus métodos eran efectivos. Conocía perfectamente cómo transportar el producto, cómo disfrazar su fabricación y cómo negociar con otros más grandes. Él era conocido como el dueño de Los Pollos Hermanos, Gustavo Fring. Tal fue la distribución de la droga que llegó a un Cártel de México. Walter y Pinkman lo habían logrado. Su producto se internacionalizó y se dio a conocer lo bastante como para generarles millones de dólares en ganancias. Los Canales de Distribución son muy importantes para un producto, pues de estos depende la permanencia y el posicionamiento (aunque no necesariamente) de la marca. Hace unos años, cuando era estudiante, siempre hablábamos de Coca-Cola, ese bendito líquido negro del imperio yankee, y de su distribución. Por ejemplo, en comunidades de México, donde no llega el agua (recurso vital para la sustentación de la vida) existe este bebida refrescante embotellada. Sus canales de distribución la llevaron a muchos y lejanos lugares. Por eso Coca-Cola se ve en todos lados.

Punto número 5. Consistencia de la Marca, Bien o Servicio: el éxito del Sky Blue de Walter y Jesse se debe, además de lo que ya se ha platicado unas líneas arriba, a su consistencia. A pesar de todos los muertos que hubo en la serie, de la manipulación de un Haisenberg hacia un Pinkman, del descuido y la explosión de aviones, de la destrucción de laboratorios clandestinos, del Cáncer, de su superación y su reincidencia, la calidad de la meta azul jamás bajó, siempre fue ese 99.1% de pureza. Pinkman se aprendió la fórmula de Walter y la repitió frente al Cártel en México.