Inteligencia Emocional.

La inteligencia emocional en la educación.


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El propósito de este artículo es describir los diferentes modelos de inteligencia emocional de varios autores que lo abordan desde diferentes perspectivas y los beneficios concretos de la IE que se han encontrado en la literatura científica en el ámbito escolar con la intención final de promover la educación de la IE en la escuela.

INTELIGENCIA EMOCIONAL SEGÚN GOLEMAN

Goleman ve la inteligencia emocional como un grupo de características clave para resolver exitosamente problemas esenciales entre los que sobresalen: controlar impulsos para retardar la gratificación, regular humor; evitar trastornos que minimicen capacidades cognitivas; mostrar empatía y producir esperanza (Fragoso, 2015).

Para Goleman (2000) un individuo que tiene un buen nivel de inteligencia emocional no forzosamente dominará diferentes competencias emocionales (Fragoso, 2015).

Fragoso (2015) menciona que: “una competencia emocional es una capacidad adquirida basada en la inteligencia emocional que da lugar a un desempeño sobresaliente” (Goleman, 2000: 33).

La educación familiar = Moldes mentales o inteligencia emocional de los hijos

Los moldes mentales influyen de manera significativa en la forma de sentir y actuar de un individuo, determinando así, el nivel de eficacia y el sentimiento de felicidad.

Un molde mental es “formatos de pensamiento ego-implicativo, es decir, los modos habituales con los que una persona se enfrenta cognoscitiva y afectivamente a la realidad y con los que interpreta y valora su relación con ella. Estos moldes son construidos por los propios sujetos como consecuencia de sus predisposiciones y experiencias” (Hernández, 1991, pp. 405).

La influencia del estilo educador parental en la conducta de los hijos es evidente, de acuerdo con las distintas investigaciones, tanto en el ajuste emocional, como en la adaptación social, en la inteligencia y en el rendimiento académico (Hernández, 1991), pero no es suficiente para decirnos si influyen en los Moldes Mentales, sin embargo, se ha encontrado relación entre los moldes, desde una perspectiva genérica, y los estilos educadores de los padres. La familia es donde se construye fundamentalmente nuestra identidad, por consecuente, esta es consecuencia de los moldes que vamos construyendo.

Para Berrocal, P. y Aranda, D. (2008) en nuestra mente hay tres importantes macro factores con los que las personas perciben, reaccionan e interpretan sus pasos y situaciones durante la vida que van paralelas a la inteligencia emocional que desarrolla un individuo, y son:

  • Implicación (evitando el freno inoperante de la mente, estando abierta hacia el mundo y la vida).
  • Ajuste (haciendo conciliadora la mente y sentimientos con las posibilidades de la realidad).
  • Optimización (transformando y rentabilizando mentalmente lo que la vida ofrece para su perfeccionamiento y brillo).

Orientación educativa y programas de intervención

La educación educativa en España ha sido motivo de atención y reflexión por parte de la comunidad española ya que juega un papel relevante en la formación en competencias socio-emocionales de los alumnos. No obstante, buscan un modelo teórico en el que se fundamenten objetivos específicos, destinados a competencias o habilidades entrenadas (Amengual, 2014).


Este primer acercamiento ha sido llevado acabo con la finalidad de que estos estudios sean validados e incluir la educación emocional a las aulas; mientras que Muñoz de Morales propone el desarrollo de competencias emocionales en los docentes a través del Programa Educativo de Conciencia Emocional, Regulación y Afrontamiento, como paso previo para una adecuada intervención con su alumnado (Peña, 2008).

Todo esto adquiere una mayor importancia cuando se trata de los profesores- tutores ya que son considerados como un factor determínate para promover la formación en competencias socio- emocionales de los estudiantes y en recién titulados.

Pérez González y Manzano afirman que “los sujetos con falta de habilidades emocionales pueden recurrir al consumo de drogas como una forma externa de auto regulación para disminuir, ocultar o ignorar sus estados emocionales negativos o para generar estados emocionales más agradables”; de ahí que se proponga la IE como factor protector de conductas problema como la violencia, la impulsividad y el desajuste emocional (Peña, 2008)

REFERENCIA

1. Berrocal P., Aranda D., (2008), La inteligencia emocional en la Educacion, Electronic Journal of Research in Educational Psychology, vol. 6, núm 2, pp. 421-436, España. Recupedado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=293121924009

2. Amengual M., (2014), Mejora de la inteligencia emocional en Educacion infantil y desarrollo cognitivo, International Journal of Developmental and Educational Psychology, vol. 2, núm 1, pp. 279-286, España. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349851782029

3. Fragoso, R. (2015). Inteligencia emocional y competencias emocionales en la educación superior, ¿un mismo concepto? Revista Iberoamericana de Educación Superior. 6(16), pp. 110-125. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=299138522006

4. Hernández, P. (2005), ¿La educación familiar puede configurar los moldes mentales o la inteligencia emocional de los hijos?, International Journal of Developmental and Educational Phychology, vol. 1, núm. 1, pp 17-38

5. Peña R. (2008). “Estado de la investigación en España sobre Inteligencia Emocional en el ámbito educativo”. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa. ISSN. 1696-2095. Nº 15, Vol 6 (2) 2008, pp: 400-420.


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